Con el tiempo y la edad las personas nos volvemos más complejas en la forma en la que nos relacionamos. Hablaré específicamente de las citas amorosas. ¡Me gusta gustar! y por eso es que me
"Gracias, y eso que hoy no me arreglé"
(Si supiera que pasé media hora frente al clóset)
Cuando sé que me veo bien y que estoy en el hábitad ideal sólo me dejo fluir y disfruto... Esa fórmula siempre me ha servido excepto por un par de veces. Es frustrante haber hecho un escrutinio digno de una producción de televisión y que a él le importe poco y no le de la gana responder mis llamadas y se suelte en un monólogo más de 5 minutos, o el típico mudito que se te queda viendo con su cara de guapo pero sin decir nada y sonriéndo como tarado balbuceando alguna sandez, me dan ganas de decirle "paga la cuenta y vete" o pedirle al mesero que en vez de gazpacho quiero al date de enfrente.
En mi mundo no existen las citas espontáneas, agendo cada evento de mis días, si algo sale sin haberlo previsto simplemente entro en crisis pero hoy tuve una gran lección y me sentí ridículo por darle importancia detalles insulsos.
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