Aún me asombran los efectos que causa el exceso de alcohol en las personas. Algunos saben que mi papá es alcohólico, y escribo "es" por que un alcoholico no deja de serlo aunque haya dejado de beber. Algunos pocos saben que mi ex pareja también tenía problemas con su forma de beber; He vivido el tema muy de cerca desde que recuerdo y sé que un sujeto ebrio no es peligroso mientras no sea un borracho-manejando, borracho-ardido, borracho-mala copa, borracho-armado, borracho-con aires de luchador, borracho-prepotente o borracho-mal entendedor. Todas estas mezclas pueden cambiar el final de cualquier escena festiva y divertida para hacerla trágica y con sangre; o en un matrimonio destruido. El alcohol no es el culpable, pues hay gente que sabe beber y disfrutar sus efectos sin perder el estilo o vomitar en el primer rincón al que pueda llegar tambaleando.
Mi escena pretendía ser una reunión de fin de cursos de un grupo de amigos entrañables... Tengo la ligera sensación de haber echo algo mal, aunque lo único que hice fue hacer lo que ya había hecho una vez: Evitar que ella saliera lastimada físicamente, por que emocional y moralmente, fue imposible. Sé que la amistad se "construye" con el tiempo, compartiendo, con atención, confianza, comprensión, escuchando, sugiriendo, apoyando, respaldando, abrazando y sonriendo. Pero también sé que se puede "destruir" en un día. Aunque haya cariño y blah blah, hay "hilos delicados" que sujetan la relación y si se rompen ¡se acaba!
No hay comentarios:
Publicar un comentario